Claves para la supervivencia de la clínica dental tras el coronavirus

Agustín Sánchez Durán

Es mucha la incertidumbre del Odontólogo por el riesgo de esta enfermedad y el riesgo de infección de los pacientes, empleados y familiares al contagio.

La exposición, no sólo afecta aspectos técnico-clínicos y de adaptación social en las clínicas, sino que, de una manera especial, a cómo el profesional debe analizar y tomar decisiones sobre aspectos financieros y de rentabilidad para determinar si su Clínica está en riesgo financiero, cómo ha de buscar nuevos pacientes, etc.

En una serie de artículos, vamos a revisar todos estos aspectos para aportar la máxima claridad a todos ellos, con la información más actualizada, y permitir así al profesional tomar las mejores decisiones para afrontar este gran reto y salir de la crisis reforzado.

Estos artículos forman parte de un original que se actualiza cada semana y del que se pueden obtener todos sus recursos (consentimiento informado para COVID-19, listado de Biocidas y Viricidas aprobados por el Ministerio de Sanidad, consideraciones del Consejo General sobre pruebas de Coronavirus, ejemplos de vídeos para pacientes, etc.), visitando la página web www.asd-consulting.net/SARS-CoV-2-Clinica-Dental/.

Si no estábamos suficientemente preocupados, constantemente aparecen noticias y resultados de experiencias como el desarrollado en México sobre el ‘alcance’ del aerosol generado al trabajar con una turbina a la que en su circuito de agua se había añadido un colorante:

En estas fotos se puede observar el enorme riesgo que pueden correr los profesionales en el ejercicio de su profesión en caso de tratar a pacientes infectados y no observar debidamente las medidas de protección necesarias.

A lo largo de varias semanas, iremos revisando en esta sección aspectos como:

  • Las causas que generan incertidumbre entre los pacientes potenciales y el personal de la clínica dental;
  • Diversos escenarios de evolución de la pandemia y su efecto en la recuperación de los hábitos y forma de vida de la población;
  • Las consecuencias económicas relacionadas;
  • Cómo estas consecuencias económicas pueden afectar a la demanda de tratamientos en las clínicas dentales;
  • Posibles estrategias a implementar para afrontar y superar el impacto de la forma más eficiente (coste-efectividad) posible;

Así mismo, iremos incorporando los recursos relacionados:

  1. Guía Práctica COVID-19′ del Consejo General de Dentistas y la ADF (Associacition Dentaire Françoise)
  2. Resultados de Encuesta ‘Barómetro Dental’ en España, Portugal, Francia, Bélgica e Italia: cómo los odontólogos se enfrentan a COVID-19 en sus Clínicas.
  3. Vídeo para comunicar a los pacientes seguridad y confianza en la Clínica Dental.
  4. Consentimiento informado COVID-19 Clínica Dental.
  5. Plan Estratégico Consejo General de Dentistas.
  6. Nota del Ministerio de Sanidad sobre Biocidas.
  7. Viricidas aprobados en España por el Ministerio de Sanidad.
  8. Recomendaciones sobre climatización, purificación de aire y aireación en área clínica dental (Consejo General de Dentistas).
  9. Pruebas de Coronavirus – preguntas y respuestas (Consejo General de Dentistas).
  10. Artículo completo en pdf de ‘Claves para la Supervivencia de la Clínica Dental tras Coronavirus’

No obstante, como indicado antes, el artículo completo se puede encontrar en www.asd-consulting.net/SARS-CoV-2-Clinica-Dental/.

Comenzaremos esta serie por aquellos aspectos que más preocupan y generan más incertidumbre tanto a profesionales como a pacientes:

Definir muy claramente las necesidades y protocolos de asepsia y desinfección que usarán todos los profesionales en la clínica dental. En ausencia de una normativa, se está discutiendo mucho acerca de las medidas necesarias a aplicar para garantizar la seguridad de los pacientes y profesionales.

Hay mucha confusión y muchos odontólogos están haciendo inversiones fuertes en equipamiento, adquiriendo equipos de luz ultravioleta C, ozono, etc., que no son imprescindibles ni mucho menos (ver pdf anexos sobre ‘Biocidas’ y ‘Virucidas’ del Ministerio de Sanidad).

No obstante, en base a las recomendaciones del Consejo de Odontólogos, diversos Colegios y especialistas en Odontología Preventiva y Comunitaria, como la Dra. Gema Maeso, podemos concluir que las siguientes precauciones/materiales, constituyen un listado seguro para prevenir los riesgos de contagio en la clínica dental, siempre que se utilicen de forma protocolizada y adecuada:

  • Garantizar que el aire aspirado del gabinete y los equipos, va directamente al exterior y no se dirige a la sala de compresores, donde se concentra y re-circula.
    (Consultar las Recomendaciones sobre climatización, purificación de aire y aireación en área clínica dental publicada por el Consejo General de Dentistas el 13/Mayo/20)
  • Universalidad: tratar a todos los pacientes por igual. Es recomendable tomar la temperatura al paciente antes de su tratamiento. En el caso de que el paciente tenga sintomatología (temperatura alta, tos seca, falta de aire al respirar, etc.), le colocaremos una mascarilla y evitaremos su tratamiento en la clínica hasta su recuperación;
  • Antes de iniciar la exploración y tratamiento de cada paciente, se debe pedir que haga un enjuague pues se ha comprobado que el uso de determinados colutorios reduce mucho la carga viral, en caso de infección. Se debe usar peróxido de hidrógeno al 1%, povidona al 0,2% o cetil-piridinium al 0,12% durante 1 minuto. La clorhexidina no está indicada pues el SARS-CoV-2 no es sensible.
  • Uso de pruebas de detección de Coronavirus en la Consulta Dental. Hay mucha confusión sobre este asunto y por ello es recomendable acudir a las fuentes adecuadas para tomar la decisión sobre esto (https://www.consejodentistas.es/pdf/coronavirus/TEST_PREGUNTAS_RESPUESTAS.pdf).

Este es un documento muy claro y contrastado sobre todos los aspectos de las pruebas de detección de Coronavirus.

  • Uso de barreras para el tratamiento de los pacientes: los siguientes procedimientos y materiales son, utilizados de forma rutinaria y cuidadosa, barreras suficientes para prevenir la infección por el virus SARS-CoV-2. No es necesario ni conveniente el excederse en estos elementos, dificultando el trabajo del profesional, aumentando el coste de forma innecesaria, e incrementando el riesgo y tiempo de limpieza y desinfección del ‘uniforme’:

Limpieza y cuidado personal: Una buena limpieza de manos al inicio, final de la jornada y entre pacientes, con un cepillo de uñas con una solución virucida, garantiza una buena protección frente al contagio y la contaminación cruzada. No es recomendable usar esmalte de uñas pues presenta irregularidades que pueden retener gérmenes. Las uñas deben estar bien cortadas. Se recomienda no llevar anillos, pulseras, reloj, etc.
Se recomienda retirar el maquillaje u otros productos cosméticos que puedan ser fuente de exposición prolongada en caso de resultar contaminados.

Uniforme: usar uniformes de líneas sencillas y de marga larga, con las mínimas costuras, bolsillos, dobleces, o cualquier diseño que pueda aumentar la retención de suciedad o gérmenes.
En la exploración de pacientes, la bata debe ser resistente a los líquidos. Para procedimientos en los que se pueden generar aerosoles, la bata ha de ser impermeable de manga larga (si no es impermeable, se debe añadir un delantal plástico).

Gorro. Es recomendable llevar gorro. En cualquier caso, se deberá recoger el cabello largo en una coleta o moño bajo, cubriéndolo con un gorro.

Guantes de látex o nitrilo: Se recomienda cambiarlos cada 15-30 minutos pues pierden su efecto barrera, o antes si la consulta con el paciente dura menos.

  • Mascarilla: para exploración se recomiendan FFP2 (si se usa quirúrgica, hay que cambiarla siempre que esté húmeda o deteriorada). Para procedimientos donde se puedan generar aerosoles, hay que incrementar las precauciones, usando una mascarilla FFP3 o, si no se dispone de ella, una FFP2. Se deben cambiar necesariamente con cada paciente y nunca se debe guardar en el bolsillo o moverlas de su posición de uso. Si se humedecen, pierden su efectividad.
  • Gafas: como indicado, los ojos son una posible vía de contagio, por lo que su uso debe ser obligatorio. Además de gafas, es recomendable el uso de pantallas individuales de protección.
    Evitar el uso de lentillas. Si se necesitan gafas, éstas deberán estar fijadas con cinta adhesiva desde el puente de la gafa a la frente.
  • Dique de goma: el mayor riesgo de contagio de un intensivista es cuando intuba a un paciente pues se forma un aerosol extremadamente contagioso. Este es el motivo por el que hay que usar el dique de goma siempre que sea posible. No sólo protege al profesional de la infección, sino que también se protege al paciente, manteniendo el campo operatorio limpio y seco de saliva, tos y sangre, y previniendo la bronco-aspiración y deglución de cuerpos extraños.

Ventilar la sala entre pacientes todo el tiempo que sea posible. También la sala de espera y todas las dependencias de la clínica. Si hay dificultades en ventilar los gabinetes entre pacientes, debe usarse un aerosol desinfectante que garantice la desinfección del ambiente.

Proceso de esterilización. Por supuesto, hay que extremar las precauciones a la hora de esterilizar todo el material ‘sucio:

Hay que usar un equipo de protección individual (EPI) adecuado: ropa, gorro, gafas, delantal de plástico y guantes gruesos especiales sobre los guantes de látex:

Se debe sumergir el instrumental en desinfectante inmediatamente tras su uso. Hay que asegurarse de que el desinfectante utilizado está indicado y que se usa según las concentraciones, tiempo y temperatura recomendadas.

La limpieza debe ser minuciosa y el material se debe sumergir siempre para evitar aerosoles contaminantes.

El secado también debe ser cuidadoso pues la humedad puede invalidar el proceso de esterilización.

Se debe emplear un Autoclave tipo B para esterilizar, procurando no apilar el material para garantizar la esterilización deseada. Es recomendable realizar el test de Helix a diario y el de esporas semanalmante.

Las superficies del gabinete deben estar protegidas con protectores de superficies y material desechable.

Hay que limpiar minuciosamente el sillón dental tras eliminar sus protecciones con un desinfectante de superficies adecuado. Una alternativa puede ser una solución de hipoclorito sódico con 1.000 ppm de cloro activo (dilución 1:50 de una lejía con concentración 40-50 g/l preparada recientemente).

En la siguiente entrega analizaremos cómo deberíamos analizar si nuestra clínica dental está preparada para competir eficazmente en este nuevo entorno competitivo.

Acerca del autor: Agustín Sánchez es Doctor en Bioquímica y Máster en Dirección General y Administración de Empresas. Ha desarrollado su actividad profesional en la Dirección Comercial y de Marketing en diferentes empresas del sector farmacéutico como Bristol-Myers-Squibb, Laboratorios Serono, Cilag-Janssen (Johnson&Johnson) y Wyeth-Lederle, y del sector dental como Dentsply Sirona. En la actualidad desarrolla su actividad como Consultor independiente en ambos sectores.

Este documento se actualiza cada semana, incorporando las últimas novedades económicas, regulatorias, técnicas, etc., relacionadas con la pandemia de COVID-19 y la Clínica Dental.

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