Las clínicas dentales, más preparadas que nunca en la lucha contra el coronavirus

El Consejo Andaluz de Dentistas destaca los protocolos de higiene que siempre estuvieron presentes en el sector

Enara López de la Peña

ENARA LÓPEZ DE LA PEÑA

(Ideal – Jaén)

Pocos sectores pueden afirmar estar tan preparados ante una situación de crisis sanitaria como el de las clínicas dentales. Las medidas de seguridad, higiene, desinfección y esterilización son parte del protocolo que define a la profesión y que estos días se refuerza ante el riesgo de contagio y que se extiende hasta la sala de espera. Guantes, mascarillas, EPIs, gafas, protectores faciales y gorro son el equipo necesario para trabajar estos días, de los que muchos ya se utilizaban con anterioridad pero ahora son reconocidos por los usuarios.

Durante el estado de alarma las clínicas no pararon, pero siguieron en funcionamiento de manera más limitado, tan solo con los servicios de urgencia. Presencia de inflamaciones, sangrado, traumatismo, dolor dental severo, entre otros, eran algunas de las excepciones que permitían levantar la persiana del local y atender al paciente. Si no, los clientes habituales se recibían de forma telemática, con llamadas telefónicas que contestaban los doctores y recetaban a distancia, a menos que el caso requiriera una visita exprés ante la necesidad sanitaria. La fase 1, en la que Jaén entrará a partir de este lunes, abrirá la consulta a más casos, siempre que no requieran el uso de ultrasonido y genere aerosoles. «El nivel de protección que tenemos es muy alto, aunque se pase de fase no variará», explica la doctora María Corral, con treinta años de experiencia en el sector, del Instituto Odontológico Integral Avanzado Corral y Vargas, y recuerda que cualquier intervención es sobre las vías respiratorias, con el peligro que ello conlleva para el profesional. Sin embargo, el Consejo de Dentistas de España dio indicaciones para atender a los clientes incluso antes de los riesgos del coronavirus y el Consejo Andaluz de Dentistas destaca la higiene de las clínicas, con los protocolos seguidos, «si bien ahora están incluso más reforzados».

Asimismo, la organización colegial lanza un mensaje de confianza hacia los dentistas, que «cumplen con máxima escrupulosidad» los planes de seguridad determinados por el Consejo General de Dentistas de España y las autoridades pertinentes para la adecuada actividad asistencial, para la que ya se usaban guantes, gafas, mascarillas, pantallas. El VIH y la hepatitis marcaron un punto de inflexión en las consultas, también en el uso de material desechable y las técnicas de esterilización.

«La prioridad es salvaguardar salud de trabajadores y no descuidar en ningún momento el trabajo de urgencia», manifiesta la doctora Corral. Así, estas medidas se mantienen en la adaptación del trabajo presencial. A partir del lunes solo podrá haber el mismo número de clientes que de doctores. La sala de espera será solo una vía de acceso, en la que se evitará la estancia más allá del tiempo necesario, sin revistas u otros materiales que puedan propagar el contagio, así como distancia de seguridad entre los visitantes. A continuación, el paciente deberá ponerse gorro y protectores en los zapatos con tal de evitar los contagios y ser un lugar seguro para todos.

Sin embargo, la restricción en el número de pacientes que se puede atender afectará inevitablemente a la clínica, pues si a cada uno se le puede dedicar entre media hora y una hora, cada doctor verá a una media de entre ocho y trece personas al día, lo cual afectará a los ingresos de las diferentes clínicas. De todas formas, prima la seguridad y los profesionales en la sanidad bucal hacen hincapié en que son un sector «muy seguro».

«La gente debe quitarse el miedo de pensar que las clínicas pueden ser un lugar de infección, ni mucho menos, somos una de las actividades sanitarias que más se protege, con una gran experiencia en protocolos de limpieza en el que la Junta de Andalucía también hace seguimientos de forma continuada», manifiesta Corral. Aun así, piden responsabilidad a la ciudadanía y que salgan de casa solo si es una urgencia, «por el bien de todos».

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